Este tipo de dolencias, es la causa de muerte más común que existe en todo el mundo y todo cuerpo médico debe estar preparado para afrontar una situación de esta índole. Lo peligroso de esta situación, radica en que el individuo ya no puede respirar por sí solo si está teniendo un paro respiratorio. Es muy complejo poder detectarlo con anterioridad en algunos casos, lo importante es poder reaccionar a tiempo, ya que cada segundo es vital para la persona que lo está padeciendo.
La principal característica del paro respiratorio, se basa en que la víctima se encuentra sin respirar por sí misma y los motivos por los cuales lo esté sufriendo, pueden ser varios. Sin embargo, antes de detenerse en las causas de porqué está ocurriendo, lo primero que debemos tomar en cuenta son las señales que indican que una persona no esté respirando. Sus manos se irán directamente a la garganta o a su pecho y se podrá percibir una agitada reacción, sin que el individuo pueda hablar. Lo difícil de esta situación, es que cuesta detectarlo en lactantes y niños menores de 4 o 5 años y en aquellas personas sin conciencia, por lo mismo, se utiliza un estetoscopio.
Una persona que está sufriendo un paro respiratorio, posee poco tiempo para ser salvado, por lo que los médicos, enfermeros u otros testigos, deben comprender que cada minuto que pasa es de vital importancia para la víctima y que cualquier demora, puede ser fatal. Mientras más rápido sea atendido, menor puede ser el daño causado al cerebro por la falta de oxígeno.
Por esta razón, es que la reanimación que se le aplique a la víctima debe estar controlada paso a paso, con tal de que no ocurra mayor tiempo entre cada una de las maniobras que deba aplicar el especialista o quien haga uso de un DEA. Es de suma importancia poder hacerlo lo más rápido posible y reactivar el ritmo cardíaco para que la falta de oxígeno no conlleve a consecuencias desfavorables para la persona.
La falta de oxígeno que recibe el cerebro al momento del paro respiratorio, se traduce en un daño cerebral inminente. El oxígeno que circula en la sangre con normalidad, baja su velocidad considerablemente a pesar de que el corazón continuó con su curso habitual. De no poder reaccionar a tiempo, el daño cerebral se produce y a su vez, el paro cardíaco y finalmente la muerte.
Dependiendo de cómo se produzca, se traduce en el tipo de paro respiratorio que es. Uno de ellos, es el producido por una congestión, que se presenta más en niños, lo mismo que por algún alimento mal masticado y tragado o al ingerir algún juguete. También se encuentran aquellos que se ocasionan por problemas neurológicos o problemas musculares de la misma índole.
Para cualquiera de los motivos por los cuales se esté produciendo un paro respiratorio, lo principal es aplicar las maniobras del RCP para restaurar la circulación espontánea, gracias a la identificación el ritmo cardíaco que tiene la persona, que puede ser taquicardia ventricular sin pulso, asistolia, actividad eléctrica sin pulso o fibrilación ventricular. Por ende, sin importar el ritmo cardíaco que se identifique, es urgente que se atienda a la brevedad para regular la circulación.
De esta forma, un paro respiratorio dada la gravedad de sus consecuencias, debe recibir atención de inmediato. Identificar porqué se está produciendo, si la vía aérea está obstruida, despejar, luego entregarle oxígeno a la persona lo antes posible. Al estabilizarlo, se debe tratar de forma inmediata y profesionalmente, para diagnosticar los daños.